Consciencia Plena e Inteligencia (y nuestra exigencia al top management)
Estos días, hacía “conexión” entre dos ideas, que por su simplicidad, llamaron mi atención.
Por una parte, este concepto de “consciencia plena”, que nos da la profesora Ellen Langer, quien estudió en extenso sobre el “mindfulness”, ella dice:
“La consciencia plena es el proceso de notar cosas nuevas activamente, renunciando a mentalidades preconcebidas, y después actuar con respecto a las nuevas observaciones”
Cuando lo vi por primera vez me maravillo la simpleza de esos 3 pasos: i) observo ( y todo el tiempo! Por eso lo de “activamente”), ii) abro mi mente y iii) actuó. Como si fuese el método científico :)
Y por otra parte encontré esta definición de “inteligencia”, en una entrevista que le hicieron al paleontólogo Juan Luis Arsuaga, quien dice lo siguiente:
“la inteligencia es desbordar el automatismo y ser flexible ante el entorno para improvisar decisiones”
Entonces pensé: “ah!!! Estas ideas están sumamente relacionadas… ¡No puedo ser inteligente sin ser consciente!
En otras palabras: a menos que “note cosas nuevas”, NO voy a “desbordar mi automatismo”… a menos que “renuncie a mentalidades preconcebidas”, NO voy a “ser flexible a mi entorno”… a menos que “tome las nuevas observaciones”, no voy a “improvisar decisiones”.
Y todo esto me llevó a reflexionar también sobre lo que exigimos a los directores de compañías que están inmersas en transformaciones. Porque por un lado les pedimos un “liderazgo consciente”, que actúen sobre el presente para crear algo “nuevo”, o como yo suelo decirles cuando trabajo con ellos: “vamos a ir descubriendo en el día a día, muchos issues, o ineficiencias que ustedes deberán analizar y actuar”;
Pero por otra lado, la mayoría de estos directores, llegaron a esas posiciones por “su experiencia”, por los “logros del pasado”, porque conocen “la solución”; Entonces me imagino lo difícil que es para ellos pensar en este escenario hipotético: llegar a su nueva posición y decir,
“Gracias por el nombramiento, pero todo lo que vamos a crear no lo he vivido, no tengo experiencia sobre los actuales tiempos inciertos, ambiguos y complejos, así que vamos a ser muy conscientes para ir actuando ante los continuos cambios”
o que diga: “Como no tengo la solución, me voy a enfocar a entender y descubrir los problemas y luego emergerá la solución”.
Sin duda que ambas respuestas dejarían un poco perplejo al CEO o dueño de la compañía, aunque sería la respuesta más realista que podemos encontrar hoy en día.
Lo cierto es que estas ideas de arriba, me hicieron pensar que muchas veces hacemos pedimos un poco contradictorio: por un lado lo que pedimos y por otro lado el contexto que creamos para que se realice lo que pedimos. Entonces creo que necesitamos empatizar mas con el top management y no sólo les exijamos un nuevo liderazgo, sino también les ayudemos a transitar ese nuevo camino y les ayudemos a crear ese contexto necesario para que ellos vivan su nuevo rol. Y creo que esta ayuda va más allá de cursos, charlas, capacitaciones.