Sapiens y la Cooperación

Veronica Vera
4 min readFeb 16, 2020

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“Hoy controlamos este planeta. Y la pregunta es: ¿Cómo llegamos de allí a aquí? ¿Cómo nos convertimos de simios insignificantes, ocupándose de sus propios asuntos en un rincón de África, en los gobernantes del planeta Tierra? Por lo general, buscamos la diferencia entre nosotros y todos los demás animales a nivel individual. Queremos creer que hay algo especial en mí, en mi cuerpo, en mi cerebro, que me hace tan superior a un perro, un cerdo o un chimpancé. Pero la verdad es que, a nivel individual, soy vergonzosamente parecido a un chimpancé. La verdadera diferencia entre los humanos y todos los demás animales no está en el nivel individual; es a nivel colectivo”. (Yuval Harari)

Este es otro de los planteos de Yuval Harari que me llamaron la atención y tiene que ver con la “cooperación” (continuando lo compartido en un post anterior sobre “Sapiens y la Imaginación”)

No había escuchado antes lo que él plantea referente a las características de la cooperación humana. Nos comenta que el tipo de cooperación de los humanos es “flexible” y a “gran escala”, ambas características no se encuentran, de manera combinadas, en el resto del reino animal, y nos da ejemplos.

Si hablamos de cooperación a gran escala:

“Hay otros animales, como los insectos sociales, las abejas, las hormigas, que pueden cooperar en grandes cantidades, pero no lo hacen de manera flexible. Su cooperación es muy rígida. Básicamente, solo hay una forma en que una colmena puede funcionar. Y si hay una nueva oportunidad o un nuevo peligro, las abejas no pueden reinventar el sistema social de la noche a la mañana. No pueden, por ejemplo, ejecutar a la reina y establecer una república de abejas, o una dictadura comunista de abejas obreras”

Si hablamos de cooperación flexible:

“Otros animales, como los mamíferos sociales -los lobos, los elefantes, los delfines, los chimpancés- pueden cooperar con mucha más flexibilidad, pero lo hacen solo en pequeños números, porque la cooperación entre los chimpancés se basa en el conocimiento íntimo, uno del otro. Yo soy un chimpancé y tú eres un chimpancé, y quiero cooperar contigo. Necesito conocerte personalmente. ¿Qué tipo de chimpancé eres? ¿Eres un buen chimpancé? ¿Eres un chimpancé malvado? ¿Eres de confianza? Si no te conozco, ¿cómo puedo cooperar contigo?”

Entonces la idea, es que solo el homo sapiens combina ambas características de cooperación, y este punto lo enfatiza con otro ejemplo: si colocamos mil chimpancés en un estadio sería una completa locura, inmanejables, porque no pueden cooperar, en cambio con frecuencia vemos estadios con miles de personas, ya sea para un encuentro deportivo o un recital y no es un caos en absoluto (si claro, a veces hay encuentros violentos de simpatizantes de algún equipo, pero en general: todo fluye) ¿y que encontramos?:

“Todos los grandes logros de la humanidad a lo largo de la historia, ya sea construyendo las pirámides o volando a la luna, no se han basado en habilidades individuales, sino en esta capacidad de cooperar de manera flexible a gran escala”

Y aquí llegamos a la gran pregunta: ¿Cómo es que el homo sapiens logró tener esas dos características tan importantes de cooperación? La respuesta está en lo que veíamos en el post anterior: nuestra imaginación.

Podemos cooperar de manera flexible con innumerables extraños, porque solo nosotros, de todos los animales del planeta, podemos crear y creer en ficciones, historias ficticias. Y mientras todos crean en la misma ficción, todos obedecen y siguen las mismas reglas, las mismas normas, los mismos valores

Si observamos el cuadro de abajo, vemos que la revolución cognitiva iniciada hace 70 mil años, nos dio desde la capacidad para describir la realidad, cuyo principal impacto fue planificar y ejecutar acciones complejas hasta la capacidad para crear nuevas realidades: historias ficticias. Y es justamente la práctica de este “storytelling” lo que nos desarrolló una habilidad única para unificar y Organizar grupos y de esta manera: garantizar la cooperación.

Fuente: Yuval Noah Harari (2018). “De Animales a Dioses. Breve Historia de la humanidad”. Cap 2: pag 51

¿Qué me llamó la atención de este planteo? Hoy en día, se escucha mucho sobre la necesidad de “más cooperación” o “más trabajo en equipo” y se mandan a los equipos a capacitarse en ciertas dinámicas o frameworks o a desarrollar ciertas habilidades, y todo esto SI es importante pero no es suficiente, nos están faltando las historias, esas historias que nos hacen soñar, nos enamoran, nos dan un sentido de propósito y nos dan “motivos” para buscar “ser parte”.

No se cuáles son las historias que nuestros antepasados contaban, pero sin duda fueron lo suficientemente convincentes y persuasivos para sacarnos de Africa y llevarnos a caminar y conquistar todo el mundo a lo largo de los últimos 70 mil años, entonces me pregunto: ¿Cuáles son las historias que hoy vamos a contar y que nos llevaran a caminar los próximos 100 años?

La neurociencia nos dice que nuestro cerebro “está cableado” para hacer cosas importantes y desafiantes: ahora entiendo que eso “importante” se transmite con una historia 😊

Ps: una buena síntesis de las ideas centrales del profesor Harari se pueden ver en esta charla:

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Veronica Vera

Creo que necesitamos rediseñar la forma como trabajamos para el bienestar de todos. https://www.linkedin.com/in/veronicavera/