Una persona para las personas (III): ¿Qué es lo que nos “daña” en el trabajo?

Veronica Vera
13 min readJan 10, 2023

--

“(Sabemos) eso del “equilibrio entre el trabajo y la vida”: Voy a trabajar. No espero que el trabajo me ame. El trabajo no es la familia. Es transaccional. Entro, vendo mi tiempo y mi talento, obtengo el dinero y me voy a casa. Proveo a las personas que amo. Es el equilibrio trabajo-vida. Pero si observas el mundo real, nada saludable en la naturaleza está equilibrado. Todo se está moviendo. Entonces, la salud en general es movimiento. Esto es ¿cómo te mueves a través de los entornos y te nutres de esos entornos? Bueno, para los humanos, uno de esos grandes entornos es el trabajo. No todo. Tienes otros dominios en tu vida, pero uno de ellos es el trabajo. Pasas (allí) 40, 50, 60 horas a la semana”. (Marcus Buckingham)

Hace un tiempo hablamos sobre ¿Qué es un buen trabajo?, es decir cuáles son esas condiciones (además del dinero) que nos facilita florecer como persona y lograr bienestar; Ahora siguiendo con la serie de reflexiones que nos comparte Marcus Buckingham sobre “el amor y el trabajo”, quisiera enfocarme en ¿Qué es lo que nos daña en el trabajo?. La respuesta a esa pregunta termina siendo muy simple: el separar nuestra vida en “silos” nos daña; Y quizás el origen de esa tendencia a “separar” nuestra UNICA vida se encuentran en 3 mitos muy exitosos. Digo “mitos” porque la ciencia hoy nos muestra que es pura “ficción” y digo “exitoso”, porque la gente aun lo considera una “verdad absoluta” que deben seguir, y es tal la presión social por seguir estos mitos que muchas veces el no seguirlo te lleva a que te etiqueten como “poco profesional” o lo que es peor: vos mismo sientas que estas haciendo “algo mal”, cuando en realidad es todo lo contrario 😊. Veamos esos mitos.

MITO #1. “La vida personal y la vida laboral no se mezclan. Lo que pasa en el trabajo queda en el trabajo y lo que pasa en la casa, queda en la casa”

Esta separación se vuelve más imperativa aún, cuando en tu casa tenes una vida que amas y en el trabajo una vida que no amas tanto. Una de las preguntas que le hacen a Buckingham (de esta entrevista que venimos analizando) tiene que ver con esta separación, el entrevistador le dice que “todo bien con esto de amar lo que hacemos”, pero que también es cierto que hay muchos casos de quienes separan la vida que aman del trabajo y son también muy exitosos, hacen un gran trabajo de 9 a 5 y luego se van, pasan 40 o 50 hora a la semana en una relación puramente transaccional. “Vendo mi talento y con eso dinero hago la vida que amo”. Entonces, esa separación:¿es cierta o es un mito?, ¿es necesaria o es dañina? Esto responde Buckingham:

“(…) Lo que sabemos al comprender a las personas que sobresalen en su trabajo, cuando están haciendo algo que aman, el cóctel químico en su cerebro, la anandamida, la vasopresina, la norepinefrina, la dopamina, ese cóctel químico se ve casi exactamente igual como cuando estás enamorado de alguien. Sabemos que cuando estás haciendo algo que amas, es como si tu neocórtex no estuviera bajo control. Está más abierto a nuevas ideas, nuevas innovaciones y creatividad. Entonces, todas las cosas que queremos de nuestro trabajo, la oportunidad de sentir que somos nosotros mismos, la oportunidad de abrir nuestras mentes para ampliar, construir y crecer, todo eso solo sucede cuando estás haciendo algo que amas.

(…) Podrías, supongo, tener 50 horas de falta de amor, y hacer un pequeño intercambio por ti mismo donde dices: «Bueno, mira, voy a aguantar aquí para poder proveer ahí». Pero es un cálculo realmente malo: a) porque si miras a las personas más exitosas, no hacen eso; Y b) el amor es una fuerza. Necesita expresarse, y si vas a trabajar y estás bloqueado, eso no es neutral. Con el tiempo, eso te daña, y las personas que más sienten el daño son las personas en casa. No es que estás llevando tu vida personal al trabajo. No, (sino que) te estás llevando tu falta de amor a casa. Esta gente lo siente. No es que debas tener una vida llena de amor en el trabajo, pero si tus 50 horas completas a la semana están, como dijiste, llenas de competencia pero sin apetito, sin alegría, sin pasión, sin amor, entonces con el tiempo, eres menos humano, te disminuye. Simplemente te arrastra hacia abajo”. (Marcus Buckingham)

En el artículo anterior hablaba de que no se trata de amar TODO lo que hacemos pero si es necesario encontrar amor en lo que hacemos, y ese “encontrar amor” no solo es necesario porque predispone nuestro cerebro y nuestros ánimos para ser creativos, eficientes y alcanzar bienestar haciendo lo que hacemos/amamos, sino que, y sin duda esto es lo más importante: nos salva de ser destruido como ser humano. Eso de “ser menos humano” que enfatiza Buckingham es volvernos zombies, es quedarnos sin pasión, sentido común y valentía para pensar, hablar, hacer y sentir.

Y lo mismo sucede al revés, cuando en tu casa o tu vida personal algo no está bien: lo llevas al trabajo, no podés separar nada, como bien lo dice Susan Scott, comparando nuestra esencia con la de una naranja:

“Cuando exprimes una naranja ¿Qué sale? Jugo de naranja. ¿Por qué? Porque es eso lo que está adentro de la naranja. A la naranja no le importa si está en una mesa de una junta directiva o en la mesada de la cocina. No da jugo de naranja en la casa, y jugo de tomate en la oficina. Cuando estamos “exprimidos” (cuando las cosas no nos funcionan bien) ¿qué sale de nosotros? Sale lo que sea que esté dentro de nosotros. Es una gran tontería pretender que lo que pasa en nuestra vida personal puede ser dejado de lado cuando estamos en el trabajo. ¡Se filtra por todos lados! Lo que somos, es lo que somos, cualquiera sea el lugar”. (Fuente: Scott, Susan. (2002). “Fierce Conversations”. Introduction. The idea of Fierce. When here is wonderful”)

Desmitificando el mito: creer que podemos separar nuestra vida cual “compartimento estanco” y ser inmune a sus efectos, es un mito y un mito dañino. Cada mañana no dejamos en la puerta de la oficina TODA nuestra otra vida “no laboral”, y de la misma forma, al final del día, no dejamos en la puerta de casa nuestra vida “no personal”, sino que donde sea que vayamos llevamos TODA nuestra ÚNICA vida con nosotros (la suma de nuestras emociones, pensamientos, visiones, miedos, sueños y vivencias del trabajo, del hogar y de donde sea que transitemos: va siempre con nosotros)

MITO #2 “Elije el trabajo que te paguen mejor, no importa si es algo que no te guste mucho hacer: la “mejor paga” vale el sacrificio”

Dejar de lado el hacer lo que nos gusta o nos genera bienestar para priorizar solo el dinero, es algo visto por muchos como un sacrificio valioso a fin de tener mañana una vida feliz, es decir, cuando SI pueda volver a hacer lo que me gusta gracias al dinero que gano hoy… (si es que aún me queda energía y vida…); O también se lo considera un sacrificio valioso para tener un mejor estilo de vida (que dada la sociedad de mercado en la que hoy estamos inmersos, se traduce como: “voy a poder consumir más”)

Una de las preguntas que le hacen a Buckingham tiene que ver con ese dilema de qué hacer cuando tienes una oferta de trabajo que es tentadora no por el trabajo en sí, sino por el dinero, en otras palabras: “¿Cómo elegimos entre un trabajo que amamos pero el pago es promedio y un trabajo que está bien (aunque NO lo amamos) pero paga mejor y por lo tanto permite un mejor estilo de vida?”.

“(…) cualquier trabajo no es solo un trabajo con una descripción del trabajo. Se compone de miles de actividades, momentos, situaciones diferentes. Es como una tela. Y algunas de las situaciones son negras, grises, blancas, verdes, amarillas. Te levantan un poco. Te bajan un poco, pero algunos de estos hilos son rojos. Y esos hilos son actividades que te elevan. Cuando los estás haciendo, el tiempo pasa volando. Cuando estás en medio de ellos, sientes dominio y duran 15 minutos, 20 minutos, 10 minutos”. (Marcus Buckingham)

La respuesta de Buckingham tiene dos partes. En una primera parte, nos explica un poco más algo que ya veíamos en el artículo anterior: “no se trata de amar todo lo que hacemos, sino de encontrar amor en lo que hacemos”; entonces si tenemos un trabajo donde no amamos TODO lo que hacemos, pero si encontramos amor y además nos pagan bien: eso está buenísimo (no te tortures pensando que durante las 40 o 50 horas de la semana laboral debes estar en estado de “éxtasis” continuo. No, la vida no es así 😊); El problema es cuando nos pagan bien por pasárnosla sufriendo todo el día ¡porque no encontramos nada que nos guste!; Buckingham recomienda que cada uno se tome a sí mismo el “pulso” de cómo se siente: durante una semana, llevás con vos una hoja en blanco divida en dos partes, donde vas tomando nota de lo que te gusta y lo que no te gusta; Al final de la semana reflexionas con esas notas y si encontrás que NO hay nada que te guste, entonces continuar en ese trabajo no tiene sentido, por más salario alto que te paguen, y ahí viene la segunda parte de su respuesta:

“(…) Si has buscado mucho el amor en tu trabajo, aunque no sea la quintaesencia de lo que quieres hacer, pero has buscado esos pequeños hilos rojos y no has encontrado ninguno y sigues sin encontrar algo, entonces no importa cuánto dinero estés recibiendo, no es suficiente. Porque te estás destruyendo como humano y las personas que te rodean a las que crees que estás engañando, lo saben. Incluso podrían saberlo antes que tú. Así que empieza tratando de encontrar los hilos rojos. Y si puedes encontrar algo y estás bien pagado, bueno, está bien, eso ahora es interesante porque tienes nutriente psicológico”.

“(…) «Solo voy a hacerlo durante cinco años. Tengo una vida sin amor en el trabajo durante cinco años, pero ganaré mucho dinero y luego renunciaré y abriré un hotel en cualquier lugar». Para cuando renuncias, estás dañado. Para cuando renuncias, eres una persona diferente porque has tenido cinco años en los que durante 40 o 50 horas a la semana no eres tú mismo. El amor no expresado no es neutral. Es una fuerza corrosiva. Todas las fuerzas deben fluir. Si no fluye, no es neutral. Te come. Si alguna vez has estado en una relación en la que no tienes la oportunidad de expresar lo que amas, se siente profundamente alienante y destructivo”. (Marcus Buckingham)

Desmitificando el mito: creer que solo el dinero importa y lo que hacemos no: es un mito y también es dañino; No se trata de buscar ganar más y más dinero y dejar de “expresar” lo que amas hacer. O como hace un tiempo hablaba en este artículo, no se trata de sólo buscar el crecimiento económico sin considerar también el progreso y bienestar.

MITO #3 “¿Tenés un buen trabajo pero un mal jefe? No te preocupes, ignora a tu jefe y sigue concentrado en tu trabajo, mientras hagas tu trabajo, nadie puede molestarte”.

Este es un consejo que casi todo el mundo recibió alguna vez en su vida, a veces de forma explicita con palabras y a veces de forma implícita observando ejemplos de su alrededor (padres, familiares, amigos, etc). En lo personal es un consejo que hasta ahora no pude seguir: cada vez que me fui de un lugar fue justamente porque dejó de existir la confianza y conexión con los jefes, ya sea porque deje de creer en ellos por las decisiones que tomaban en su rol de jefes, o porque dejaron de emocionarme en su rol de líderes, pero en cualquier caso, aprendí que es muy difícil hacer un buen trabajo cuando no hay confianza ni respeto mutuo. Y es sobre este punto que la audiencia le hace una pregunta a Buckingham: “¿Qué hago cuando amo mi trabajo pero tengo un jefe terrible?”, y ahí va la respuesta:

“(…) cuando piensas en el amor, el amor tiene que ser recibido. Alguien tiene que verlo para que puedas sentirte cómodo expresándolo. Sabemos con certeza que te desarrollas en respuesta a otro ser humano y, a menudo, ese ser humano en el trabajo es un jefe.

(…) (y como) nos desarrollamos mejor en respuesta a otro ser humano, si ese ser humano es una persona en la que no confías y quiere controlarte y reprimirte, en realidad tienes que dejar a tu jefe, por eso, al final, muchas personas a menudo siguen a un jefe realmente bueno de una compañía a otra, porque esa persona es la quintaesencia de mi sentimiento de: “¿Les interesa lo que yo amo? ¿y quiere de alguna forma convertirlos en una contribución?”

(…) Porque recuerda, el punto del amor es que es un precursor de la contribución. El amor se convierte en rendimiento/resultados. Es un precursor del rendimiento” (Marcus Buckingham)

Es cierto que muchas veces, las diferencias o conflictos, entre colegas, o con tus jefes, se resuelven con una conversación (o mejor dicho: varias conversaciones), pero igual de cierto es también que muchas otras veces por más que hables y expreses lo que sientes y piensas, no hay cambios: tu jefe sigue desconfiando e ignorando todo lo que haces, entonces es ahí donde es mejor irse.

Al reflexionar sobre la explicación que da Buckingham inmediatamente viene a mi mente esas historias de relaciones donde el amor ya no es mutuo, sino unilateral: amas a una persona y decidís seguir a su lado aunque esa persona ya NO te ame…sabemos que en un momento de lucidez que tengas te darás cuenta que ¡debes irte!, porque esa ausencia de amor que recibís no es sano ni física, ni emocional ni psíquicamente; Lo mismo sucede con tu trabajo, tener un jefe que te trata mal, te ignora, no confía en vos, todo eso te estanca como persona y profesional, pero igual de dañino es NO tener al frente a alguien que SI haga cosas buenas, que te “vea” y facilite que emerja lo mejor de vos; No basta con evitar las personas o contextos tóxicos, también necesitamos personas y contextos que nos favorezcan.

Me gusta mucho el cine, y eso me lleva a tener interés en ver cada año la ceremonia de entregas de premios Oscar, y hay un patrón que con frecuencia se repite en los ganadores: cuando pasan a recoger su premio y dan su discurso en esos escasos minutos que tienen, todo ese discurso (de la mayoría de los premiados) está lleno de agradecimientos, y en esos agradecimientos casi siempre ocupa un lugar muy especial el que dan al director (de la película por la cual están siendo premiados), la frase más repetida es: “Gracias por confiar en mi”; Si bien me gusta el cine, no tengo idea de su proceso de creación, pero me imagino que un director sin duda que tiene un rol de “jefe” y/o “líder” en un rodaje, por lo tanto cuando ese director “ve” a un actor y lo guía a despertar lo mejor de si mismo, no solo va a crear obra de arte sino que va a marcar de por vida a ese actor, que siempre lo recordará con un: “confió en mi”.

Y en el deporte también podemos encontrar muchísimos ejemplos similares a los que narro del cine. Durante las semanas del mundial de futbol de fin de año, leí una nota sobre Vinicius, uno de los jugadores de la selección de Brasil, y en una parte de la nota se lee esto:

“(…) El camino de Vinicius hasta el lugar que ocupa ahora en la selección no ha resultado sencillo. Durante algunas épocas, el brasileño sentía con Tite la misma incomprensión que con Zidane en el Madrid. Creía que el técnico no entendía lo que podía aportar al equipo, y el seleccionador pensaba que él no había encontrado la manera de encajar en el puzle. El cambio comenzó con Carlo Ancelotti en Valdebebas al principio de la temporada pasada: «Siempre me dio la confianza que necesitaba, y los correctivos en los momentos adecuados. Es como un padre para mí, me daba el cariño necesario y también la responsabilidad», contó. «Me daba consejos para ser titular en la selección». (Fuente. Álvarez, D. (9 de diciembre de 2022). “El verano en que Neymar cortejó a Vinicius para asaltar el Mundial”. El País. Mundial de Fútbol)

Desmitificando el mito: creer que puedes alcanzar bienestar con solo tener un trabajo que te guste sin importar lo que haga tu jefe o aun con un jefe malo (para tu bienestar): es también un mito y creo que de los más dañinos porque fomenta y expande los dos primeros mitos planteados arriba.

CONCLUSIÓN

Hoy en día, unos de los principales dolores que tienen las organizaciones es esa dinámica de silos de su estructura: cada área se enfoca solo en lo suyo, aunque entre ellas choquen los objetivos (en este artículo hablé al respecto); Pues bien, lo que es un dolor para las organizaciones, también lo es para las personas, lo cual no es casual (¡las personas hacen a las organizaciones!) solo que las organizaciones recién en los últimos años comenzaron a darse cuenta de esto (aunque no hacen mucho para solucionarlo) y las personas, aun no se dan cuenta. A nivel individual aun pensamos que podemos separar el trabajo de los malos jefes, que el ganar mucho dinero compensa el no hacer lo que amamos y que en general podemos separar y desdoblarnos en dos personas diferentes, una en el trabajo y otra en la casa y aun así: tener bienestar. La evidencia científica de múltiples estudios de los últimos años deja claro que eso NO es posible.

Sin duda que es un gran privilegio poder estar en un trabajo donde (i) te guste lo que hagas (o en palabras de Buckingham: “encuentres amor”), (ii) te paguen muy bien y (iii) tengas un buen jefe y un mejor líder, o en otras palabras: “una persona que te vea y trate como una persona”; Muchos pueden considerar la combinación de estos 3 puntos como algo imposible, pero no lo es (¡y no debería!), si es difícil pero no es imposible; Y también es cierto que muchas veces esos momentos, duran sólo “instantes” de toda tu vida laboral, pero son instantes que no lo olvidas nunca y esa es la mejor parte: cuando conoces de ese “privilegio”, cuando tuviste esa “experiencia”, buscaras con toda tu energía, entusiasmo, valentía y perseverancia volver a vivirlos y también buscarás que otros lo vivan, sin darte cuenta, te vuelves en un “inspirador de cambios”, para que en un futuro cercano, este privilegio que hoy es de pocos, se vuelva una vivencia de muchos 😊.

--

--

Veronica Vera

Creo que necesitamos rediseñar la forma como trabajamos para el bienestar de todos. https://www.linkedin.com/in/veronicavera/