Zombificación laboral

Veronica Vera
5 min readApr 25, 2021

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“Los líderes necesitan rediseñar su estilo de liderazgo para que sus compañías puedan evolucionar hacia organizaciones que sean vitales, adaptables, significativas, prósperas y más humanas”

Las líneas de arriba suelo repetirlas como un mantra en cada reunión con directores donde se habla de transformación organizacional, porque es con los líderes donde es imperiosamente necesario trabajar y donde existe un gran vacío en cualquier iniciativa de cambios.

Si tomamos, por ejemplo, una de las características de las organizaciones evolucionadas: su “vitalidad” y pensamos en su antípoda, nos encontraremos con los zombies…que es lo que prevalece en muchos lugares hoy en día, y que con un observación aguda y oportuna alguien lo graficó y le llamó “zombificación laboral”.

Fuente: https://cinismoilustrado.com/image/121111580048

Algunos, como Amy Edmondson, dicen que estamos ante una “epidemia de silencio”, porque hay un miedo extendido a hablar, expresar ideas, hacer preguntas y desafiar el status-quo (entre otras cosas); Yo suelo decir que estamos “anestesiados”, porque cuando miro a mi alrededor veo que la gente está y/o se siente: frustrada, esclavizada, estresada, apática, dividida, perdida, agotada, automatizada, no se compromete (es un “sálvese quien pueda”), y enferma (es importante tener presente que las principales causas de muerte a nivel mundial tienen un elevado componente ambiental y conductual: enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes); En otras palabras, vivimos cual zombies: sin voluntad propia. Y al ver la imagen de arriba, pude tener la foto clara del porque vivimos en silencio y anestesiados: si nos matan el sentido común, la pasión y nos arrancan las agallas, nos quedamos callados, no actuamos, no pensamos ni mucho menos nos arriesgamos.

Los líderes piden creatividad, innovación, productividad, alto performance…pero siguen tolerando, manteniendo, impulsando (seguramente inconscientemente, o eso quiero creer) procesos que matan la creatividad, sensibilidad y buen juicio de su gente, todo lo cual (y con respaldo de diversos estudios), es la ventaja competitiva de cualquier organización.

No es fácil el trabajo que se pide a los líderes…pero tampoco imposible…¡es práctica! Con la práctica se aprende a observar, escuchar, enseñar y despertar potencialidades … Con la práctica se aprende que para inspirar es necesario entender las expectativas de la gente, ¿y qué es lo que motiva y espera nuestra gente? Ya lo hablamos en otras oportunidades en extenso pero la imagen de abajo es una síntesis:

(y con esta imagen siempre repito: hay miles de razones por las cuales nos vamos de un trabajo, pero el impulso final para dar ese “paso de cambio” con frecuencia tiene que ver con la ausencia de alguna o varias de esas expectativas)

Yo suelo decir que el primer día de trabajo de cualquier persona, en cualquier trabajo, en cualquier momento de su vida: ¡vale una foto! ¿por qué? ¡Porque están radiantes! Con una sonrisa amplia porque ya sienten o están expectantes de sentir muchos de los puntos enumerados arriba: van a confiar en ellos, harán algo importante, fueron elegidos, se les dará oportunidades, harán un impacto positivo, etc, etc, etc, También están “¡vivos!”, tienen ese cosquilleo en el estómago propia de los nervios cuando haremos algo por primera vez y queremos que salga bien. Pero sucede que entre ese primer día y los pocos meses (3 meses si seguimos el grafico de la “zombificación laboral”) comienzas a sentir que tu espíritu intrépido y valeroso para “hacer” no es bien recibido, y mas tarde te das cuenta que hacer preguntas, o dar ideas o criticar el status quo o simplemente reflexionar, tampoco es bien visto…y finalmente te sacan la pasión, entusiasmo y amor por lo que haces, ya dejas de “saltar de la cama” para ir a trabajar. En otras palabras, cuando dejas de “sentir”, cuando te deja de “importar” el por qué haces lo que haces, cuando pierdes interés por la gente que te rodea, cuando pierdes entusiasmo y curiosidad por explorar lo que realmente te gustaría que sea tu “contribución” ¡es cuando te conviertes en el “trabajador promedio”! …y es entonces cuando me pregunto: ¿debo felicitar a quien cumple un año en un trabajo? Y obviamente expresarle toda mi alegría…O ¿debo darle los pésames? Y por consiguiente expresar mi angustia y tristeza…En la realidad no hago ni una cosa ni la otra, simplemente cuando veo o escucho a alguien que ya no “siente” nada y vive en “piloto automático” en y con su trabajo le digo: “¡es hora de irse! Presenta la renuncia y ¡busca algo diferente que te de vida!” 😊

Todo esto traía a mi mente esa frase tan famoso y repetida entre los los reclutadores de RRHH (o “Personal”, o “Talento & Cultura”, o como quieran llamarle) cuando hablan de un candidato que fue rechazado y dicen: “no es para nuestra cultura”, y de esta forma hacen referencia a que esa persona no se adaptará fácilmente a su cultura organizacional, creo que esto todos lo hemos escuchado al menos alguna vez; Pero si analizamos un poco más esa respuesta a la luz de todo lo que venimos hablando, seguramente lo que los reclutadores nos están diciendo es: “esta persona no es un buen candidato a zombie, no es una persona a quien fácilmente lo transformaremos en un empleado promedio, en otras palabras, es una persona que nos tomará mucho trabajo extirparle la pasión, valentía y sentido común”.

Me quedo con dos reflexiones o desafíos del presente:

Primero, la organización como un todo, no solo las áreas de RRHH, sino todas las áreas, deberían ser guardianas y cuidar con mucho celo, la pasión, sentido común y valentía de su gente, porque es eso los que los hace único,

Segundo, ¿Qué tal si los líderes tuviesen presente esa “foto” del primer día que alguien se suma a sus equipos?, ¿Qué tal si tuviesen como medida de su éxito (como líderes), que a pesar de los años que la gente pase en la compañía, mantengan sus rostros radiantes, sonrisas amplias y “ojitos brillantes”?, si claro, no es una métrica “tangible” en números, pero acá es muy válido recordar aquellas palabras que nos compartía William Bruce Cameron en 1963: no todo lo que se puede contar cuenta, y no todo lo que cuenta se puede contar

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Veronica Vera

Creo que necesitamos rediseñar la forma como trabajamos para el bienestar de todos. https://www.linkedin.com/in/veronicavera/